La Teletón es hoy por hoy el reflejo del tipo de cultura dominante de la sociedad que tenemos. La Teletón está basada en un espectáculo, un show en donde la discapacidad y los discapacitados son presentados de manera lastimosa con el propósito de conmover a telespectadores y generar compasión para recabar aportes económicos vía el consumo de productos de las empresas asociadas, las que constituyen el centro principal de su esquema de recaudación, y al final de la jornada aparecen "donando" millones para la alcanzar la meta auto asignada.
La Teletón es también un legitimador ideológico del rol de un Estado subsidiario. A través de la legitimación de la recaudación privada para la Fundación Teletón y de la exaltación del rol de los institutos de rehabilitación privados para la discapacidad vía la televisión, se nos hace olvidar que debería ser el Estado, a través de su propio presupuesto y la implementación de políticas públicas el que debiese enfrentar de manera integral el tratamiento y la rehabilitación de las y los discapacitados del país. Se nos hace olvidar que se trata de un derecho y no de una dádiva, lo que se presenta como un aporte de los sectores privados y de las grandes empresas.
La Teletón es un gran negocio para las empresas donantes pero por sobre todo es un legitimador del tipo de sociedad mercantil, lo que hoy ha quedado claramente al descubierto, pues muchas de las principales empresas que por años han sido los "rostros donantes de la Teletón" son las mismas empresas que se han coludido para mantener precios abusivos y estafar de manera masiva a los chilenos.
Son los mismos involucrados y responsables de los casos de fraudes tributarios y financiamiento ilegal y transversal de políticos y candidatos del duopolio Alianza y Nueva Mayoría, como Soquimich de Julio Ponce Lerou, el Grupo PENTA del ex Presidente de la Fundación Teletón Carlos Choclo Délano. Son los mismos que han operativizado los millonarios financiamientos a políticos, como el grupo Saieh, como Corpesca del grupo Angelini, que coimearon a parlamentarios encabezados por el senador UDI Jaime Orpis para elaborar y aprobar una Ley de Pesca a su medida. Son los mismos que hicieron el negociado de La Polar, o que perpetraron el impúdico perdonazo tributario a la empresa Johnson. Son los que abusan de las tarjetas e intereses como Cencosud de Paulmann.
Son los mismos que han protagonizado los casos de abuso de información privilegiada de CGE, Habitat, Cruz Blanca, Bilbao y Hurtado. La cuenta de la Teletón es del Banco del grupo Luksic, los mismos dueños de la Minera Los Pelambres que han perpetrado una brutal compra de conciencias sobre la comunidad de Caimanes para imponer sus rechazadas obras.
Los grandes donantes de la Teletón son las mismas empresas que han protagonizado la colusión de las farmacias, los buses, las aerolíneas, los productores de pollos, y el último delito de la colusión del papel higiénico efectuada por Pisa y la poderosa Papelera CMPC de Eliodoro Matte, el Presidente del CEP.
El Chile en el que se inaugura la Teletón 2015 ya no es el país permisivo frente a la casta político empresarial. Es el Chile indignado con la estafa y el abuso por parte de las grandes empresas que son los rostros donantes de la Teletón. El Chile del 2015 exige una Asamblea Constituyente para una nueva Constitución, poniendo en cuestión el rol subsidiario del Estado a través de demandas como la educación y la salud pública.
El Chile de la Teletón es el país que descubre sorprendido que habitar la institucionalidad no suma cero, si es que en verdad existe voluntad de transformar la realidad, aún desde una institucionalidad restringida, como lo prueba bien la iniciativa de la Municipalidad de Recoleta con la farmacia popular para reducir los precios abusivos que las cadenas de farmacias y grandes laboratorios imponen a la ciudadanía sobre los medicamentos e insumos.
El Chile en el que se realiza la nueva Teletón no volverá a ser el Chile domesticado en que se realizaron las 27 Teletones anteriores, pues es el Chile que demanda que los derechos sociales sean efectivos, exigiendo por ejemplo, el próximo 10 de diciembre en una protesta nacional el término de las AFP.
Más temprano que tarde los ciudadanos de Chile demandaremos que el tratamiento y rehabilitación de la discapacidad debe ser un derecho garantizado por el Estado como representante del conjunto de las y los chilenos.
Movimiento del Socialismo Allendista de Chile
Santiago, 26 de noviembre de 2015.
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